¿Sabes cuál es el coche que protege a los ciclistas? El Seat Tarraco.
Tal y como explica Seat, el Tarraco cuenta con un sistema que alerta de la presencia de ciclistas con una señal acústica y visual; también interviene en el sistema de frenado si lo considera necesario.
En este vídeo, puedes ver cómo funciona:
Cuando está en circulación, el radar delantero que Seat ha montado en el Tarraco detecta la presencia de ciclistas y, según la trayectoria y la velocidad de ambos vehículos desencadena una serie de acciones para evitar una colisión:
El sistema detecta que se puede producir un accidente en menos de segundos activa una señal visual y acústica ,si no hay respuesta del conductor, el coche acciona automáticamente una frenada de emergencia entre 0,8 y un segundo antes del posible accidente
“Si conducimos por una carretera a 72 km/h, el coche iniciaría la frenada aproximadamente 20 metros antes de una posible colisión”.
El conductor sigue siendo el último responsable
Aunque el Tarraco es un coche que protege a los ciclistas, desde Seat recuerdan que el conductor es siempre el responsable último.
“Los sistemas de Seguridad Activa juegan un papel cada vez más importante para proteger a los usuarios de la vía y, en algunos casos, pueden evitar accidentes o minimizar sus consecuencias”, asegura Esteban Alcántara, responsable de Seguridad Activa de Seat.
Sin embargo, este experto matiza que la responsabilidad final es siempre de la persona que lleva el coche: “este tipo de asistentes, en ningún caso sustituyen la obligación del conductor de permanecer atento, respetar las normas de circulación, reducir la velocidad y mantener la distancia de seguridad al adelantar a un ciclista”, afirma.
A su vez, los ciclistas están obligados a circular por la derecha, usar casco en zonas interurbanas y no les está permitido circular en pelotón.
BikeScout, el sensor que protege a los ciclistas
La empresa Heijmans ha puesto en marcha un sistema de seguridad para proteger a los ciclistas ante posibles atropellos en las intersecciones.

Todo empezó como un prototipo, que la empresa y la administración pública de Eindhovem situaron en una intersección de la ciudad. “Ya lleva unos siete u ocho meses y está funcionando muy bien. Ya no es un prototipo” asegura Joziene Van de Linde, directora gerente de Tecnología de Heijmans.
El nombre que le han puesto a esta tecnología es BikeScout y es un sistema inteligente de detección y alerta,según explica la compañía en su página web.
Se trata de un radar, colocado a cincuenta metros de la intersección, que gracias a distintos sensores es capaz de registrar la velocidad y trayectoria de cada ciclista -y peatón- que transita por la vía.
El sistema analiza los datos de circulación y, gracias a sus cálculos, avisa a los conductores de coches, a través de un sistema de luces LED, de que un ciclista se cruzará por la vía.
Además, el servicio de control de tráfico de la ciudad puede vigilar las intersecciones y el funcionamiento del radar desde su punto de trabajo a través de una aplicación para dispositivos móviles y ordenadores.
Un sistema hecho para la las ‘smart cities’
Según la compañía, el carácter innovador del sistema lo hace perfecto para el desarrollo de la ciudad de Eindhovem como una ciudad inteligente. De hecho, Van de Linde indica que este tipo de tecnología, que la empresa ya ha usado antes, “es una pieza clave en las infraestructuras de las smart cities”.
Desde la empresa aclaran que la, cada vez mayor, irrupción de bicis eléctricas en las calles confunde a los conductores de coches porque “no son conscientes de las diferencias” y el sistema ayuda a solucionar este problema.
Sin embargo, los Países Bajos son un país bastante acostumbrado a las bicicletas y, por lo tanto, el tráfico es muy seguro. Por esto, desde la empresa consideran que esta herramienta podría ser todavía más útil en lugares donde los ciudadanos están menos acostumbrados a convivir con ciclistas en las calles.
A pesar de que el sistema no es barato, la instalación de BikeScout ronda los 40.000 euros y necesita un mantenimiento anual que está en torno a los 1.000 euros, son varias las ciudades que se han puesto en contacto con la empresa, según indica Van de Linde
“Hemos recibido muy buenas críticas. Varias ciudades europeas se han puesto en contacto para probarlo”.